( 2005-12-19 )
Evo Morales, líder indiscutible de los indígenas y cocaleros bolivianos, está ya a un paso de confirmar un histórico triunfo en las elecciones en Bolivia y de convertirse en el primer presidente indígena en la historia del país y de Latinoamérica.
Morales, un indio aymara "negro, loro y feo", como él mismo se describe, llegó a los comicios como favorito liderando las intenciones de voto, aunque los sondeos previos no reflejaron la rotunda victoria que obtiene, que le permitiría superar el 50 por ciento más uno que exige la ley para ser declarado presidente. Morales aseguró que ahora "empieza la nueva historia de Bolivia", en un discurso desde su feudo electoral de Cochabamba horas después de los comicios presidenciales que ganó, según todas las proyecciones.
"Este gran triunfo del pueblo expresa el cambio de nuestro país", señaló Morales, frente a miles de seguidores, y junto a su compañero de fórmula presidencial, Alvaro García Linera, y el pleno de la dirigencia partidaria.
Carro completo. Además de ganar la primera magistratura, la formación del Movimiento al Socialismo (MAS), que lidera Morales, está a punto de ganar la mayoría en el Congreso unicameral, lo que también resulta histórico.
A primeras horas de la noche, el candidato conservador Jorge Quiroga aceptó su derrota en las urnas y felicitó al líder campesino.
Felicitó al pueblo boliviano por asistir pacíficamente a esta jornada electoral y celebró que "este ejercicio democrático haya permitido al mundo entero observar que Bolivia no se rinde, no se doblega y que va camino hacia un nuevo país".
En medio del insólito silencio de la Corte Nacional Electoral (CNE) que no entregaba ningún dato sobre votación, la encuestadora Apoyo señalaba que Morales obtenía 50.6 por ciento de votos contra 31.5 por ciento de Quiroga, mientras Mori daba 50% contra 31%. Según la Constitución boliviana, si ninguno de los candidatos obtiene más del 50%, debe ser el Congreso de 157 miembros el encargado de elegir al nuevo mandatario entre los dos votados.
Inédito.
Los resultados dejan a Morales, que apenas acabó el bachillerato, a pasos de llegar al poder, con una diferencia de casi 20 puntos sobre el candidato derechista Jorge Quiroga. Si se confirma su victoria en primera vuelta, sería el primer originario que presida una nación latinoamericana.
También el primero entre sus iguales en alcanzar el sillón presidencial, apenas 53 años después de que los indios bolivianos (aymaras, quechuas y guaraníes, entre otros 34 grupos originarios), sometidos desde 1825 a la esclavitud, fueran liberados por una revolución nacionalista.
Postulado por el Movimiento Al Socialismo (MAS), el "instrumento político de los pueblos", Morales, un agricultor, propone "descolonizar" y "refundar" Bolivia, 60 por ciento de cuya población de 9.3 millones de habitantes es de origen indígena o india misma. Del campo al poder. Convertido en el jerarca de los cultivadores de coca del Chapare, epicentro de la convulsión boliviana entre 1988 y 2002 y de la lucha antinarcóticos boliviana, Morales ya se había puesto a tiro de la primera magistratura en 2002, cuando perdió la presidencia a manos del acaudalado empresario Gonzalo Sánchez de Lozada en una vuelta parlamentaria y tras un empate en las urnas.
Morales sintetiza la vida de un indígena en Bolivia. Nació sin asistencia médica alguna, sin agua potable ni electricidad en Orinoca, un pueblo perdido de la mano de Dios en los gélidos Andes bolivianos. Nació el 26 de octubre de 1959 en una estancia Isayavi, hijo de padre aymara y madre quechua, dos cultivadores en extrema pobreza.
Creció en una vivienda de paja y adobe de 8 metros por cuatro que servía además de dormitorio y comedor, de almacenamiento de tubérculos y criadero de cerdos y ovejas.
Tras una infancia muy pobre, que llevó a cuatro de sus seis hermanos a la muerte antes de cumplir dos años, Morales emigró, como lo hacen siete de cada 10 campesinos bolivianos, debido a una feroz sequía a principios de los 80 que asoló la agricultura del altiplano boliviano, “para buscar el pan”, según afirma. Opositor a rajatabla de las políticas "imperialistas" de Estados Unidos, país que además de narco lo acusa de ser un aliado de los presidentes de Cuba, Fidel Castro, y Venezuela, Hugo Chávez, Morales ganó el Premio Kadafi a los Derechos Humanos en 2000 y fue postulado al Premio Nobel de la Paz en 1995.
Adalid antineoliberal, busca que las veinte compañías petroleras que controlan los hidrocarburos bolivianos compartan sus ganancias con Bolivia, "miti miti" (mitad y mitad).
Postula la nacionalización del gas, la principal riqueza nacional en manos de privados, y su industrialización, y afirma que terminará con la cocaína en su país, cuya base es la hoja de coca.
Reconocimiento *
Tras votar, palabras de afecto para sus “hermanos” Chávez y Castro Al momento de emitir su voto, el líder indígena de Bolivia, Evo Morales, expresó de nuevo su respeto por el mandatario cubano, Fidel Castro, y por el venezolano, Hugo Chávez, a quienes calificó de “compañeros y hermanos en la lucha por reconstituir la patria”.
Morales, arropado por los productores de coca, exigió a Estados Unidos que respete "la voluntad soberana del pueblo boliviano", aunque se mostró dispuesto a un diálogo con ese país "pero no de subordinación". En cuanto a su relación con Washington pidió: "Déjennos que enfrentemos la pobreza con nuestros recursos naturales y eso es nacionalizar todos los recursos, no sólo el gas", exhortó a la Casa Blanca, en referencia al hidrocarburo del que Bolivia tiene las segundas mayores reservas en Sudamérica por detrás de Venezuela.
Desde Caracas, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, afirmó que el pueblo de Bolivia "que ha despertado" está "escribiendo una nueva página de su historia".
"Silenciosamente desde sus sabanas, altiplano, hasta sus montañas, por todas partes, en silencio pero con alegría, el hermano pueblo boliviano está escribiendo una nueva página de su historia", dijo Chávez antes incluso de saber los resultados de la elección. "Estamos seguros de que lo que hoy va a resultar significará un paso más en esa integración que soñamos" en Sudamérica, señaló el mandatario durante su programa "¡Aló, Presidente!"